Durante más de 35 años fui tecnólogo. Ocupé cargos ejecutivos en multinacionales, asumiendo el cargo de CTO de una multinacional a los 30 años. Estaba desarrollando mi sueño que creía imposible. Y ese "sueño" me hizo poner todo mi foco en mi carrera profesional. La pasión y el ímpetu con los que viví el inicio se fue volviendo en una entrada en barrena emocional, abrumándome, estresándome, sobreviviendo emocionalmente. Me sentía en la rueda del hámster. Al final vino a rescatarme la enfermedad. En medio de una fusión de 5 compañías, una simple gripe se convirtió en neumonía. Y ahí empezó mi proceso que entonces no viví como tal. Esa semana recibí una llamada. Mi función era crítica en el proceso de fusión y la misma debía continuar: y yo ser reemplazado. <Nada personal, cuestión de negocio>. El estrés cronificado con episodios de Burnout habían empezado a poder con mi salud y conmigo. Y vino la dura depresión. Toqué fondo, entendí y aprendí con mi maestro Oriol Pujol Borotau. Y mientras trabajaba en mí, formándome y sanando, fui acompañando a otros ejecutivos. Dejé mi empresa, y me fui convirtiendo en sherpa emociona, lo cual me llena y da uno de mis principales sentido de vida.
"La herida es el lugar por donde entra la luz".
- Rumi